En este apartado, vamos a explicar para la asignatura
de ética la situación de las niñas que viven en China. Para ello, vamos a hacer
un pequeño bloc, donde veremos algunos videos basados en este apartado y donde podremos participar toda la clase comentando sobre noticias, reportajes y demás imágenes que subamos al bloc, finalmente responderemos preguntas realizadas por los demás compañeros de clase
incluyendo a la profesora.
El 90% de los
niños que van a parar actualmente a estos orfanatos son niñas. Los
pocos niños que ingresan en estas instituciones están, en la mayoría de los
casos, discapacitados o severamente enfermos y, de no ser así, son adoptados de
forma inmediata. La ratio por sexo parece encontrarse ahora en 113 niños
por 100 niñas - siendo la natural de 105 por 100 - actualmente hay censadas en
China entre 700.000 y 800.000 niñas menos de las que corresponderían y que
serían las necesarias para asegurar un crecimiento demográfico normal a
20 años vista. ¿Dónde han ido a parar estas niñas? la gran mayoría de estas
niñas existen y no están censadas: los demógrafos chinos han calculado que hay
en China un 20% de la población sin registrar. La práctica más habitual para
esconder una niña - no sólo si se trata de un primer nacimiento sino, sobre
todo, en un segundo nacimiento cuando el primero ya es una hija - es la falsa
adopción por parte de algún amigo o familiar.
El hijo era
esencial para perpetuar el culto a los antepasados, la preferencia por el hijo
se basa en hechos mucho más tangibles. Por muchos cambios que haya habido en
estos 40 años, las hijas no son propiamente familia, sino parientes, es decir
gente de la que se puede esperar afecto pero a la que no se puede exigir
cuidados. Los 22 mayores institutos demográficos de la China actual cuentan, todos
ellos, con financiación de las Naciones Unidas. La proporción de niñas en los
orfanatos ha aumentado drásticamente - aunque el gobierno chino la mantenga
secreta desde 1988, debido a la sensibilización internacional sobre el tema.
Estos
últimos años se ha pasado en gran parte de la política del hijo único a una que
permite también un segundo hijo. Pero el hecho de que esta relativa flexibilidad
- relativa en cuanto que cualquier embarazo exige un permiso previo por parte
de las autoridades competentes - se aplique con mayor rigor que antes ha hecho
poco por disminuir las consecuencias. Es más, la ratio niño/niña aumenta
sensiblemente - no sólo en China sino también en la India y
en Corea del sur - cuando se tienen en cuenta los segundos y posteriores
nacimientos.
Hay que
tener presente que el sufrimiento de las niñas es sólo un reflejo del
sufrimiento de las mujeres en Asia en general y en China en particular, ya que
sobre ellas recaen los costes y los riesgos de la política de control
demográfico. Tener el útero controlado por el estado significa en la práctica
someterse a controles rigurosos sobre la periodicidad menstrual, presionar para
poder formar parte de la cuota de reproducción anual, soportar una severa
angustia y la presión familiar incluso durante el primer embarazo, y acarrear
con todos los riesgos de interrupciones indeseadas, temidas y a menudo fuera de
plazo. Es cierto que gran parte de las mujeres del campo chino participan, por
otra parte, en el deseo familiar de tener un niño, ya que están inmersas como
los demás en un mismo ambiente cultural. Pero las angustias que las atenazan y
los riesgos reales que afrontan son muy superiores a los de los hombres. Es muy
posible que un parlamento chino dominado por mujeres mantuviera en lo esencial
la actual política demográfica: pero probablemente intentaría distribuir los
costes de otra manera.
Lo
único que, hoy por hoy, cabe esperar es que el gobierno tome medidas para
mejorar las condiciones de las niñas en los orfanatos.
El siguiente vídeo es un poco "fuerte", pero no lo podemos ignorar de cualquier manera.